Vivo en el campo desde hace más de 30 años, rodeada de naturaleza. En este entorno sereno, he aprendido a escuchar el lenguaje de las plantas, de los árboles, de las flores. La naturaleza ha sido mi refugio, mi medicina, mi maestra.
Con el tiempo, mi conexión con el mundo vegetal se ha hecho cada vez más profunda. Me apasiona investigar, experimentar y «potinguear» con plantas medicinales, descubriendo sus propiedades y su infinita sabiduría. Me maravilla cómo cada hoja, cada raíz, cada flor guarda en sí un conocimiento antíguo que nos cuida y nos transforma.
De este amor y respeto nace mi iniciativa: una forma de crear cosmética natural, consciente y amorosa, libre de tóxicos y en armonía con el medio ambiente. Creo en una manera de cuidarnos más amable, más sencilla y más cercana a la Tierra. Gracias por llegar hasta aquí.
Este camino es una invitación a volver a lo esencial, a reconectar con lo natural, y a honrar el poder curativo de lo que crece a nuestro alrededor.